El nombre de Guillermo Kraisman se asocia a múltiples escándalos y acusaciones en el submundo del peronismo de la ciudad de Córdoba. Esa vida política polémica parece haber llegado a su fin este sábado, cuando en un supermercado se trenzó con un policía tras hurtar bondiola, jamón crudo, un pote de mermelada y una botella de cerveza.
Kraisman fue hasta hace pocas horas director de Promoción de Clubes Sociales de la ciudad de Córdoba. Es el tercer funcionario que despide Daniel Passerini por escándalos judiciales: Walter Luján, subsecretario de Seguridad de la Ciudad, se fue las irregularidades en la compra de uniformes para la Guardia Urbana Municipal; Gabriel Bermúdez debió dejar el cargo de secretario de Transporte tras denuncias por supuestos casos de acoso sexual; y ahora fue el turno de Kraisman, histórico jefe de la seccional 12, donde manejó política, fútbol y negocios.
El sábado a las 13.25, un sargento de la Policía que hacía guardia en el supermercado Mariano Max, detuvo a Kraisman cuando cruzó sin pagar la línea de caja. Se estaba llevando un botín de 18 mil pesos en mercadería, cuando su sueldo es de 2 millones de pesos. Cuando llegaron más policías, el funcionario, ofuscado, les arrojó la botella de cerveza, por lo que fue detenido.
Kraisman fue concejal de la ciudad de Córdoba en dos oportunidades, secretario de bloque de concejales y hasta el sábado se desempeñó como director de Promoción de Clubes Sociales bajo el ala de Héctor “Pichi” Campana, secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes de la ciudad de Córdoba, lugar desde donde quiere construir su candidatura a intendente para el 2027.
La relación Campana-Kraisman es extraña: en 2006, cuando Pichi Campana aún no había saltado al peronismo y era una de las perlas del Frente Cívico de Luis Juez, encabezó la embestida contra Kraisman, por entonces concejal opositor a Juez, para expulsarlo del Concejo Deliberante al conocerse que había imputaciones en su contra: defraudación, amenazas y lesiones leves.
En 2013, cuando Kraisman regresó al Concejo Deliberante, Pichi fue su compañero en la bancada que conducía Alejandra Vigo. En 2011, el peronismo apostó por la fórmula Campana-Vigo, y cargó a Kraisman en la lista de concejales por su peso en el sudeste de la ciudad de Córdoba.
Pese a su largo prontuario con varias condenas, Krasiman se mantuvo hasta ahora en cargos y listas del peronismo cordobés desde mediados de los 80, cuando comenzó a trabajar en la Cámara de Diputados provinciales junto a Miguel Benedetto y Julio Tejeda.
El listado de denuncias y condenas incluye robo de energía, defraudación, amenazas y lesiones; además de un llamado de atención de la Liga Cordobesa de Fútbol en 2019, cuando fue acusado de intentar sobornar a un árbitro cuando se desempeñaba como presidente del Club Atlético Avellaneda.
La detención con dos blíster de fiambre y una mermelada no es el primer hecho bochornoso que se conoce de Kraisman: en 2020, en plena pandemia y cuando era secretario parlamentario del bloque de concejales del PJ, sorteó kid sanitarios y bolsones que estaban destinado a atender la crisis sanitaria. El escandaloso sorteo fue transmitido por Facebook por el propio Kraisman.
Un dato de color: cuando era joven, Kraisman fue modelo de Topeka, una marca que fabricaba vaqueros y pantalones de una tela gomosa, de un particular corte: ajustados arriba y acampanados a la botamanga. Al menos, eso contaba él, aunque jamás aportó las fotos que certificaran su paso por el mundo de la moda.
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