Un policía fue condenado tras un juicio abreviado por no haber evitado que sus compañeros torturaran a Jorge Gatica, un hombre de 36 años que en enero de este año había sido demorado por no pagar unos chorizos de un comercio y dos horas después fue encontrado asesinado con “cincuenta lesiones” en una celda de la comisaría de la ciudad rionegrina de Cipolletti, informaron este sábado fuentes judiciales.
Por el caso, otros cuatro efectivos, identificados como el sargento Vilmar Alcides Quintrel (30), el cabo primero Jorge Luciano Sosa (28), la sargento primera Andrea Carmen Henríquez (35) y el cabo primero Walter Denis Carrizo (33), esperan ser juzgados como coautores del delito de “torturas seguidas de muerte”.
Fuentes judiciales informaron que el oficial ayudante Gastón Alexis Moraga (35), quien se encontraba de servicio la noche del hecho, reconoció su culpabilidad en un procedimiento abreviado por incumplimiento de los deberes de funcionario público y por no haber evitado que sus compañeros torturaran a la víctima.
“La importancia de la condena radica en que el hecho fue en una institución pública, por medio de agentes policiales que debieron resguardar la integridad de Gatica, pero lo golpearon y le causaron un sufrimiento hasta su muerte“, dijo a Télam el abogado Rubén Antiguala, representante de la familia de la víctima.
En su declaración, el acusado describió los momentos de la detención de Gatica en la vía pública y explicó que al volver a la unidad permaneció dentro de su oficina.
Mencionó que la policía imputada le informó que uno de sus compañeros uniformados estaba golpeando a la víctima fatal y que, por esa situación, cambiaría al encargado de la custodia del detenido, aunque aclaró que no tuvo información sobre la gravedad de la agresión.
Sobre este punto, Moraga dijo que pese a tomar conocimiento de que el detenido había sido lesionado no inició actuaciones internas ni denunció lo ocurrido a sus superiores. Durante la audiencia, el imputado le pidió perdón a la familia de la víctima que estaba presente y aceptó que como oficial de la Policía provincial debería haberlo hecho.
El hombre describió los momentos en los cuales Gatica fue trasladado al hospital, cuando se constató su fallecimiento y las horas posteriores a lo ocurrido.
Entre ellos mencionó parte de las conversaciones que tuvieron entre todos los acusados en la sede de la Policía Federal mientras se encontraban detenidos y a la espera de la formulación de cargos.
Tras la declaración, la fiscalía describió las evidencias que integran la investigación, detallando distintos testimonios y pericias que avalaban lo declarado por el acusado.
Previo al relato del policía, la fiscalía y las querellas particulares reformularon los cargos por los delitos de omisión funcional dolosa de evitar la tortura e incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que anteriormente tenía la misma imputación que sus camaradas.
La mencionada conducta sanciona a aquellas personas que estando en condiciones de poder hacerlo, no eviten que otras aplican torturas y tormentos a las personas que se encuentren privadas de la libertad.
Ello requiere que el condenado no haya tenido una conducta activa ejerciendo las torturas físicas o psíquicas.
Tras la aceptación de la responsabilidad penal por parte de Moraga, los acusadores públicos y privados requirieron el cumplimiento de una pena de 3 años de prisión en suspenso.
Además, solicitaron la renuncia a la fuerza provincial, la inhabilitación especial perpetua para ejercer funciones policiales y la prohibición de acercamiento a los familiares del hombre asesinado.
El juez que dirigió la audiencia adelantó que homologaba el acuerdo y que la sentencia se dará a conocer en los próximos días.
En la formulación de cargos realizada tras las detenciones de los imputados, los fiscales Gustavo Herrera y Juan Pablo Escalada habían detallado las circunstancias de lo ocurrido.
Detalles del caso
Escalada aseguró que el lunes 9 de enero por la noche Gatica iba a bordo de una camioneta S10 manejada por Martín Urrutia hasta que la víctima le dijo que lo esperara en calles Río Negro y San Antonio porque “iba a ir a una despensa a comprar unas cosas”.
“Ingresa al mercado, pide chorizos y carne, se retira corriendo sin abonarlos. Gatica corre a la camioneta pero es interceptado por los dueños de la despensa que salieron a correrlo. Urrutia intercede para que no lo lesionen”, relató.
En ese marco, “una menor de edad que pasaba por la comisaría 45 que queda a escasos metros del lugar avisa al personal que allí se encontraba”.
De acuerdo al representante del Ministerio Público, Carrizo y Moraga fueron caminando hacia ese lugar, Quintrel y Sosa fueron en patrullero.
“Lo redujeron con una toma por el cuello y lo demoran, todo esto pasa en presencia del señor Urrutia. Lo trasladan a la comisaría en calidad de demorado. A las 22.15 los efectivos Henríquez, Sosa y Quintrel lo trasladan al hospital para ser revisado por la médica de guardia”, precisó el fiscal.
Según lo investigado, la médica “lo examina y certifica con hora 22.30 trauma facial, escoriaciones, probablemente sufridos al momento de la detención”, por lo que “constata que no son lesiones que necesiten otra intervención y regresan a la comisaría”.
“Aproximadamente a las 22.40 del lunes 9 de enero los policías, manteniendo un dominio funcional por un período aproximadamente hasta las 0.30 del otro día, lo golpean de distintas formas con patadas, rodillazos, elementos de borde romo en todas las partes del cuerpo, más de 50 lesiones según la autopsia“, explicó Escalada.