Cuatro maniquíes con jorobas, curvos y voluptuosos posan en el hall de entrada del Museo de la Historia del Traje como parte del trabajo “Cuerpos defectuosos. Soberanía de la indumentaria” de la artista Victoria Azcona, quien toma como punto de partida el libro “Método de corte Sistema Mendía” (1952) para sacar del anonimato a aquellos cuerpos considerados anormales dentro de los estándares estéticos hegemónicos y convertirlos en arte textil.
En esta exposición/instalación, la artista visual, vestuarista y docente argentina Victoria Azcona trabaja sobre la problemática de los cuerpos que se encuentran por fuera de los parámetros de talles establecidos por la industria de la indumentaria, cuerpos a los que socialmente se considera defectuosos y a los que se los excluye de la industria.
Para el desarrollo de la exposición, partió del libro “Método de corte Sistema Mendía”, en su 36.ª edición, de 1952, un manual destinado a mujeres amas de casa, que traía moldes para confeccionar indumentaria de modo artesanal. En aquella época, el cuerpo considerado hegemónico implicaba una cintura “de avispa”, “muy chiquita y muy marcada”, cuenta Azcona. “La cintura icono de la moda de los ’50 es Evita, ese ideal que tenemos de ella con sus vestidos a la cintura o esos trajecitos que usaba eso es un poco digamos el ideal de belleza de esa época”, ejemplifica.
“Cuando uno toma un molde para hacer una prenda, lo que se hace es sacar todas las medidas del cuerpo y se saca lo que se llama un molde base, que es nada más ni nada menos que la medida de todo tu cuerpo. Y eso es lo que hice con estas esculturas. Tomé una de las medidas en cada una que el cuerpo considera defectuosa, gruesa, exagerada, y esa medida la dejé así y el resto de las medidas las puse exacerbando esa medida”, cuenta la artista sobre el armado de la instalación.
El proceso de confección de los maniquíes fue revelador. Cuenta la artista: “Tuve que empezar a trabajar sobre la moldería, a desarmarla, a consultar con gente, cómo hago esta pinza acá, cómo le saco esta pinza allá, porque no se pueden lograr cuando, por ejemplo, la cintura es más ancha que la cadera. Porque en la cadera te enseñan a hacer una pinza que achica y en este caso la cintura se tiene que agrandar. Entonces es curioso cómo los propios métodos de moldería dejan afuera, digamos, a estos cuerpos mal o bien llamados defectuosos”.
“Es curioso cómo los propios métodos de moldería dejan afuera, digamos, a estos cuerpos mal o bien llamados defectuosos”Victoria Azcona
¿Qué rupturas y qué continuidades se pueden establecer con respecto a los años ’50 y una industria de moda que no tenía en cuenta la diversidad de los cuerpos? “Me parece que la caracterización de ‘cuerpo defectuoso’ es la misma de siempre. La diferencia es que como se los llamaba antes hoy nos suena brutal. Sin embargo, aunque hoy en día nos esforcemos por no utilizar un lenguaje violento, no ser tan brutal, y utilicemos palabras como moldes inclusivos o modelos oversize, siguen sin aparecer esos talles que la industria no ofrece”, señala la artista en diálogo con Télam.
En la historia de la moda y de manera paulatina, comenzaron a verse cuerpos en las publicidades y en maniquíes que se corrían de lo establecido como “normal”. Sin embargo, Azcona considera que a pesar de que poco a poco se empiezan a ver campañas inclusivas, “hasta ahora son solo campañas”. “No veo que realmente sea algo que tengamos tan naturalizado con respecto a la industria”, dice.
Cada modelo confeccionado para la muestra está inspirado en las imágenes del libro, respetando el molde, los cortes y costuras. Cada una resalta algún aspecto que el libro considera “defectuoso”, de acuerdo a las tablas de medidas estandarizadas que aparecen en el libro y las variaciones, las medidas que se salen de la norma, que son expuestas como “exageradas” o “gruesas”.
“Existen muchos modelos y sistemas de moldería. Yo, antes de que me aparezca el libro, ya conocía algunos y la realidad -y esto lo charlé con algunas personas que también hacen moldería- es que los sistemas no te ofrecen tal vez una solución frente a cuerpos que se exceden en alguna medida, o sea que no están contemplados ciertos cuerpos en los sistemas de moldería. Es increíble, pero es así”, explica la artista.
“Me parece que la caracterización de ‘cuerpo defectuoso’ es la misma de siempre. La diferencia es que como se los llamaba antes hoy nos suena brutal. Sin embargo, aunque hoy en día nos esforcemos por no utilizar un lenguaje violento, no ser tan brutal, y utilicemos palabras como moldes inclusivos o modelos oversize, siguen sin aparecer esos talles que la industria no ofrece”Victoria Azcona
¿En qué medida mostrar estos cuerpos catalogados defectuosos puede ser una manera de traerlos a la primera plana y reivindicarlos? “Desde el primer momento dije que intenta dar una respuesta artística a una realidad que nos atraviesa. Elegí llamarlo cuerpos defectuosos con cierta ironía. El proyecto está basado en un libro que es un método de corte y confección editado en el 1952. Ya en la segunda página te enseña a tomar las medidas y sin rodeos comienza a nombrar los diferentes cuerpos según sus medidas. Lo llama gruesos, largos, casos raros”, cuenta Azcona sobre el comienzo de la muestra.
“Luego de todos los debates que se dieron desde el feminismo si ese libro fuera editado hoy se cancela mañana. Entonces mi intención fue intentar tomarlo con humor, con ironía. Ponerle a una muestra ‘cuerpos defectuosos’ me parece increíble porque en realidad es un espanto. Desde ese lado creo que se reivindica, se muestran, aparecen, se exhiben estos cuerpos y así de esa manera se empiezan como a verlos, a naturalizarlos, a llamarlos, a poder nombrarlos y que sean más cotidianos”, dice.
Durante la inauguración, se vio sorprendida porque muchos se acercaron y le plantearon que se consideraban una mezcla entre casos raros y defectuosos. “Yo tengo un poco de las cuatro, yo tengo un poco de exagerado”, le decían. A la creadora de los maniquíes, esto le pareció un juego que aconteció de forma inesperada. “Hizo que un poco se ponga manifiesto en que todos somos defectuosos”, señala.
La muestra estará disponible hasta el lunes 16 de octubre y se puede visitar de miércoles a domingos de 13 a 19 en el Museo de la Historia del Traje, ubicado en Chile 832, Ciudad de Buenos Aires.