Frente a la multiplicidad de urgencias sociales que deja tras su paso “el ajuste más grande de la historia de la humanidad” (Javier Milei dixit), Karla Ojeda reclama a todo aquel que la escuche que entre las primeras a ser revertida está la exclusión en la se encuentra sumida la comunidad travesti trans, que recrudeció hasta “límites cruentos” desde que La Libertad Avanza desembarcó en el poder en diciembre pasado.
Activista de la Comunidad Travesti Trans Rosario y del Archivo de la Memoria Travesti Trans Santa Fe y coordinadora del programa Transaberes de la Universidad Nacional de Rosario, Ojeda fue una de las integrantes de la comisión organizadora del VI Encuentro Nacional LGTBIQNB+ (Encuentro), que llevó adelante el colectivo Orgullo Rosario y transcurrió el pasado fin de semana largo en esa ciudad santafesina.
Ojeda señala que el rechazo a la Ley Bases, al DNU 70/2023 y al desfinanciamiento de las políticas públicas de reparación y promoción a las diversidades sintetiza “las conclusiones y demandas surgidas de los debates de los talleres del Encuentro” en los que participaron unas 1500 personas pertenecientes a unas 200 organizaciones de 21 provincias. “Esa es la clave de su importancia y trascendencia”, completa.
“Si entendemos de verdad que el promedio de vida de las travestis trans está entre los 35 y los 40 años, apurémonos y acompañemos a las colectivas de todas las provincias para que sus reclamos tengan respuesta porque estamos frente a personas que se están muriendo antes de tiempo. Y esto tiene que ver con el frío y con el hambre, con el trabajo precarizado, con la falta de techo y de acceso a la salud, en fin, con la exclusión”, advierte Ojeda.
–¿Cómo impacta en las personas trans y travestis las políticas de ajuste del Gobierno nacional?
-Son numerosos los despidos de compañeras y compañeras de las delegaciones provinciales del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que se enmarcan en la decisión de vaciar el Estado y destruir políticas públicas. Por eso, el documento (preliminar que cerró el Encuentro) marca ejes de lucha a los que debemos dotar de estrategia y llevar a la acción. Me refiero a, por ejemplo, cómo lograr la reincorporación de trabajadores y trabajadoras LGBTIQ+ en ese y otros organismos vaciados, cómo lograr visibilizar la renovada exclusión de la que somos objeto.
-¿La deserción, cuando no ofensiva, que lleva en práctica el Estado nacional ha tenido un correlato similar en las provincias y municipios?
-Si bien no cuento con un mapa acabado de todo el país, no percibimos que los Estados provinciales y municipales estén avanzando del modo en que sí lo está haciendo el nacional en las delegaciones territoriales del INADI, del Correo Argentino, de diversos ministerios y programas oficiales.
-¿Qué otros consensos surgieron del Encuentro en torno al colectivo travesti trans?
-La defensa del cupo laboral en tanto política pública, una conquista que defendíamos desde antes (de la asunción presidencial) de Milei y con más fuerza desde que su Gobierno decidió pasar por encima para aplicar despidos masivos. También tenemos el caso de localidades en las cuales las compañeras ni siquiera logran hacer el DNI como marcha la Ley de Identidad de Género (NdR: N° 26.743, que autoriza a toda persona a solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen en caso de que no coincidan con su identidad de género autopercibida). También hemos debatido acerca del acceso a la vivienda y cómo lograr que la reparación histórica que conseguimos en Santa Fe se extienda a todo el país (NdR: se refiere a Ley de Reparación Post Dictadura para Trans y Travestis, por la cual esa provincia reconoció la persecución que impartió sobre esa población y otorgó una pensión a quienes sufrieron detenciones entre 1983 y junio de 2012). Sabemos que hay unos 12 proyectos dando vueltas en el Congreso Nacional, pero ninguno tuvo avances y quedaron trabados en comisiones.
-En la cuestión de la violencia que padecen las feminidades, durante el Encuentro apareció con fuerza los lesbicidios de Barracas.
– Sí, la cuestión Barracas estuvo muy presente y observamos que así como la justicia no reconoce hasta el momento su condición de lesbicidio lo mismo sucede con el Sofía Fernández -fallecida el 11 de abril de 2023 en una comisaría, presuntamente en manos de 10 policías bonaerenses-, que no se reconoce como travesticidio. Unos y otros son claramente crímenes de odio ejercidos contra las feminidades.
-En un análisis en clave histórica, ¿cómo experimentaste el actual Encuentro en comparación con el primero sucedido en Rosario en 1996?
-Desde aquel tiempo en el que las diversidades éramos perseguidas sistemáticamente al actual, los Encuentros sirvieron para organizarnos en la defensa de nuestras vidas y en la lucha por el reconocimiento de nuestros derechos. Estamos frente a una lucha política desde (la irrupción militante) de Carlos Jáuregui, en la cual quedó en claro la voluntad política de los gobiernos que se fueron sucediendo, cuáles ampliaron y cuáles cercenaron derechos. El Matrimonio Igualitario, la Identidad de Género, el Cupo Laboral, la chance de adoptar, son derechos ganados que queremos que se sigan sosteniendo. E ir por los que faltan, entre ellos la reparación integral a las personas mayores travestis y trans. Y, sobre todo, garantizar que las infancias y adolescencias no vayan a pasar por la exclusión y discriminación que nuestra colectiva pasó en todos estos años.
– Si algo caracterizó al Encuentro fue el diálogo intergeneracional, en el cual les jóvenes fueron amplia mayoría. ¿Cómo viviste ese diálogo?
-Observo un camino allanado en la continuidad de la defensa de derechos. Tienen un montón de cosas resueltas y me maravilla la libertad con la que se expresan. Claro que no se me escapa que sus vidas transcurren en un mundo capitalista excluyente y discriminador. Me parece que hay puentes de diálogo y articulación entre las juventudes y quienes somos más adultes. Esa libertad a la que me refiero tiene como raíz histórica de las luchas que hemos dado y las conquistas que hemos alcanzado.
Mamá trava
Centrado en los relatos de Maira Ramírez y Karla Ojeda, el documental “El laberinto de las lunas” se sumerge en el cotidiano, los desafíos, las conquistas y los sentimientos que conlleva la maternidad travesti. La historia también se posa en la experiencia de Gabriela Mansilla, mamá de Luana, la primera trans en Argentina en obtener el cambio registral de su DNI. Todo hilvanado por poemas leídos por la artivista, música y cantora Susy Shock.
El documental de la realizadora Lucrecia Mastrángelo fue estrenado en 2021 y está disponible en la plataforma pública Cine.ar, afectada por la “motosierra” libertaria que se ensañó con el desguace del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).
Un artículo de Página/12 sobre “El laberinto de las lunas” da cuenta de que cuando Karla quiso contarle a Agustina, su hija, que ella era trans, “la niña le terminó explicando cosas a ella”. Y asegura que “lo transmite con una frescura sonriente que irradia”.
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