Los cardiólogos intervencionistas encaran una medida de fuerza en reclamo por bajos honorarios y falta de insumos. Desde el miércoles y por 48 horas no se colocarán stents ni se practicarán angioplastias programadas.
Los médicos reclaman una respuesta contundente por parte de las prepagas, de las obras sociales y del Pami. A su vez, le pedirán al Gobierno Nacional que intervenga en el conflicto convocando a un diálogo para buscar soluciones.
La medida, que estaba pautada para mediados de este mes, finalmente se concretará este miércoles y jueves 28 y 29 de agosto. Así lo señala un comunicado firmado por las autoridades del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
Los médicos resolvieron que en esos días solo se atenderán las urgencias de mayor importancia para no dejar a los pacientes en estado gravísimos en riesgo de muerte.
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En mayo, los cardiólogos se declararon en estado de emergencia advirtiendo que el sector atraviesa una “tormenta perfecta”. Esto es la combinación de magros honorarios profesionales por el deterioro inflacionario y el aumento exponencial de los costos para las prácticas médicas. Además, suman el precio de los insumos en los que cuenta el material de contraste y los stents.
Según el Colegio, esta situación viene provocando que obras sociales y prepagas dilaten cada vez más en el tiempo la entrega de los materiales, lo que somete a los pacientes a un riesgo mayor por la dilación en el tiempo de su tratamiento.
Los médicos, advierten que con sus prácticas cada año en la Argentina se salvan unas 200.000 vidas y que, de persistir la actual situación, su actividad literalmente “desaparecerá”.
Los médicos aseguran que, tal como ocurrió durante la pandemia, puede incrementarse la mortalidad cardiovascular debido a que la crisis actual conduce inexorablemente al colapso de la especialidad.
Además, agregan que aunque en este momento los insumos aún estén disponibles no podrán utilizarse debido al quebranto de la especialidad que responde a múltiples factores entre los que podrían destacarse la brecha entre el costo de los insumos, mantenimiento de los equipos, las internaciones y los valores que pagan los financiadores a lo cual debe sumarse que los honorarios (ingresos) de los cardiólogos intervencionistas continúa en caída (variable de ajuste).
Si bien existen tratamientos alternativos para los pacientes en esta situación, por ejemplo, los trombolíticos (drogas costosas y menos efectivas) para tratar el infarto agudo de miocardio, los centros asistenciales deberán preparase para su implementación.
En el caso del infarto de miocardio existe un tratamiento alternativo a la colocación del stent: los trombolíticos que son drogas costosas y menos efectivas, pero hay que alertar que los centros asistenciales deberán preparase para su implementación, con el agravante que también se requerirán a posteriori angioplastias con colocación de stents para completar el tratamiento
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