Los senadores santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano le hicieron caer a Victoria Villarruel la sesión para elegir las autoridades de la Cámara Alta, en medio de la tensión entre la Casa Rosada y el gobierno de Santa Cruz por el decreto que convierte a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en Sociedad Anónima.
La convocatoria a la “sesión preparatoria” tenía por objeto ratificar a Bartolomé Abdala como presidente provisional de la Cámara Alta y segundo en la línea de sucesión presidencial, pero también debía resolverse la asunción de Emilio Viramonte, un hombre de Villarruel. Tal como reveló LPO, su llegada sería para relevar a María Laura Izzo en la secretaría administrativa del cuerpo, un puesto clave que permite manejar los recursos del Senado.
Sin embargo, el oficialismo quedó muy ajustado para lograr quórum y formar mayoría, desde la expulsión de Edgardo Kueider y el arribo de la entrerriana Stefanía Cora, que se sumó al interbloque de UP. Desde el jueves pasado, el peronismo cuenta con 34 bancas y los libertarios y las bancadas afines a Balcarce 50 suman 38, porque también se sumó el chaqueño Víctor Zimmermann después de una licencia que había tomado para desempeñarse como Ministro de Producción de Leandro Zdero.
Ese grupo de 38 legisladores no es monolítico y los santacruceños hoy lo demostraron. Sin ellos dos, Villarruel no tiene quórum porque necesita 37 sobre 72 sentados a sus bancas.
Según fuentes del Congreso, Carambia reclamó para su espacio político el lugar de Izzo, lo que desató bronca y risas por igual. La interpretación extendida entre los senadores colaboracionistas era que había sido un desacierto de Javier Milei resolver por decreto la conversión de YCRT antes de esta sesión.
LPO pudo saber que el gobierno quiere sacarse de encima ese enclave pero no aparecen empresas dispuestas a hacerse cargo. Para colmo, Gadano se manifestó contra Milei en la última sesión: “Quiero que se ocupe de YPF, de las represas, de YCRT, de la pesca y de las rutas detonadas e intransitables”, expresó.

Villarruel y Giustinian revisan el reglamento.
Dos legisladores presentes en la reunión de Labor Parlamentaria dijeron a LPO que la compañera de bancada del santacruceño no hizo mención al asunto y se levantó de ese encuentro durante el cuarto intermedio, para no volver. “Lo de Río Turbio estaba charlado con el gobernador (Claudio) Vidal”, dijeron en un despacho habitado por patagónicos.
Uno de los senadores más cercanos a la Vicepresidenta comentó que Carambia habría tramitado su pedido a través del secretario parlamentario, Agustín Wenceslao Giustinian. Ni Villarruel ni los aliados, fundamentales en el reparto de poder, aceptaron ese pedido que más de uno consideró “una locura”.
Un miembro del bloque libertario salió del recinto enojado con el resultado, alegando que desconocía que la dupla de Santa Cruz voltearía la sesión. “Si nos hubieran dicho que no bajaban, no ibamos al recinto y no quedabamos como unos pelotudos”, graficó.
Villarruel, que se sentó pasadas las 16:15, dio por caída la sesión después que la chicharra sonara por más de 45 minutos. El salteño Juan Carlos Romero pidió que la ratificación de las autoridades se realizara en la próxima sesión, ya en período de ordinarias, y aclaró lo que establece el artículo 5° del Reglamento del Senado: “Las autoridades quedan prorrogadas”.
El peronismo no estaba dispuesto a dar quórum y ni siquiera participó de la reunión de Labor, que tuvo espacio también para la extraña postulación del formoseño Francisco Paoltroni como presidente provisional del Senado. Aunque desde su entorno pretendieron que pidieron por su candidatura a ese sillón, una senadora repuso ante LPO que Paoltroni llegó a decir: “A mí me prometieron la Presidencia”.
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