Máxima tensión: La Policía reprimió la marcha de los jubilados y las hinchadas

 La Policía y la Gendarmería reprimió la marcha al Congreso de los jubilados junto a las hinchadas de fútbol en un clima de extrema tensión.

Por orden de Patricia Bullrich, la Policía reprimió la manifestación con balas de goma, gas lacrimógeno y camiones hidrantes.

Los efectivos de la Federal se llevaron detenidos y golpearon incluso a ancianos que fueron a pedir aumentos jubilatorios.

“A ritmo de jubilado, más lento, más lento”, le rogaba un hombre mayor a la joven que lo guiaba con una remera de Gimnasia. La marcha de los miércoles convocó a miles de hinchas de fútbol para defender el reclamo de los jubilados. 

Tres tiros, bombas de estruendo, camisetas de todos los equipos del fútbol argentino y “el que no salta es un inglés”. Miles de personas se sumaron al reclamo de los jubilados que terminó con represión y gases. 

El operativo de Bullrich fue curioso: la policía no cortó el tránsito en las calles aledañas al Congreso y los automovilistas quedaron atrapados entre los manifestantes. Las distintas camisetas de Atlanta y Chacarita, Lanús y Banfield, Boca y River y San Lorenzo y Huracán convivieron en armonía hasta que un policía le tiró gas pimienta a una jubilada en la cara.

 “Vinimos a acompañar para que no repriman a los jubilados como todos los jueves”, comentaba julieta, de 33 años. Hincha de San Lorenzo llegó a la marcha junto a su grupo de cancha. “Cuando llegamos ya había mucha gente, pero la convivencia fue muy buena, es lo que esperábamos”, dijo Andrea de 29, también enfundada con los colores del cuervo. 

Vestido de azul Francia con un estampado con el viejo logo de Ferrocarriles Argentinos el Pollo Sobrero se acercaba al Congreso. “Es un buen gesto de los hinchas venir a apoyar a los jubilados”, dijo sosteniendo su remera de Morón. Un grupo de motoqueros que llegó a la Plaza por Rivadavia fue vitoreado mientras se dirigía hacia Callao. 

Casi al instante se hizo contagioso “el que no salta es un botón”, tras dos repeticiones mutó a “el que no salta es un inglés”, tal vez la única canción ecuménica entre los hinchas del fútbol argentino.
“El Estado es indispensable, lo demuestra lo que pasó en Bahía Blanca. 

Los particulares solo quieren hacer negocio”, le dijo a LPO Miguel Ángel Fernández que lucía orgulloso una remera de Independiente.
Muy cerca, con una camiseta de Vélez con la 12 del Oso Pratto y piluso haciendo juego, Daniel pedía “no perder la calle”: “Tengo 64 años y el año que viene me voy a jubilar y no quiero pasar esta miseria”, explicó.

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