Emilio Jáuregui, dirigente sindical del gremio de prensa y militante político, fue asesinado hce 55 años en el marco de una brutal represión a manos de la policía de Juan Carlos Onganía el 27 de junio de 1969, cuando participaba de una manifestación en repudio a la presencia de Rockefeller en la Argentina. Tenía apenas 29 años.
Se había desempeñado como cronista en el diario La Nación entre julio de 1960 y diciembre de 1962, hasta que decidió afiliarse al Sindicato de Prensa (que fue intervenido por Onganía en 1969) donde luego fue elegido secretario general.
Jauregui formaba parte del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, era secretario general de la FATPREN, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, y militante de la organización Vanguardia Comunista.
En 1969, ecabezó la manifestación de repudio a la visita que Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York, realizaba a Buenos Aires como enviado de Richard Nixon en una gira latinoamericana.
La marcha fue apoyada por todos los partidos políticos; el radicalismo, el peronismo, los partidos de izquierda. La concentración mayor tuvo lugar en plaza Once y, desde allí, Emilio, junto a un grupo, decidió bajar a la avenida 9 de Julio.
La versión oficial fue que se trató de un “enfrentamiento”, pero la realidad es que fue baleado desde un patrullero en Tucumán y Anchorena. Eran tiempos de grandes levantamientos populares contra la dictadura: pocos días antes de su muerte, el 29 de mayo de 1969, Córdoba se levantó contra la autodenominada “Revolución Argentina”; entonces fue el Cordobazo, es decir, el comienzo del fin de aquel oscuro período.
Luego de ser asesinado se convirtió en símbolo del gremio de prensa y de todos los que buscaban cambiar de raíz la sociedad.
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